Sunday, October 01, 2006

Please God, pimp my church!!!


Cada vez que Xzibit toca el timbre de alguna casa en los suburbios de Los Ángeles, sabe que esta a punto de cambiarle la vida a alguien. Llega y examina el auto del penitente, se burla de el, ríe de todos y cada uno de sus defectos, sólo para después decir: “He venido a enchular tu máquina” y con esto transformar el agua en vino. La gente lo abraza, lo llenan de elogios, gritan de la felicidad…ha llegado el redentor.
El proceso de enchulamiento consiste en hacer que todas las carencias que viven a diario los dueños de los autos sean anuladas…sobre cuatro ruedas. Por lo general, en las “juntas de enchulamiento” el dueño del garaje contextualiza al feligrés, describiéndolo como un buen hijo de Norteamérica pero con mala suerte en este valle de lágrimas. ¡Qué se haga justicia!
Pantallas planas, computadoras, asientos cubiertos de piel de cocodrilo, neumáticos a prueba de balas, sistemas de localización satelital, etc.
“Sólo quiero agradecerte a ti Xzibit y a los muchachos de Westcoast Customs (ahora GAS), pero dame esas llaves que es hora de rodar este bebé.”
Padre, Hijo y Espíritu Santo…
La gente de la Iglesia Universal del Reino de Dios (a.k.a. Pare de Sufrir) no se dedica a los autos (o por lo menos desconozco si lo hacen), su negocio es el de la fe. Vieron en los mexicanos un nicho de almas desafortunadas…vidas grises, en familias grises, en iglesias grises. ¡Dios mío, enchula mi fe!
El santuario de la fe, en la colonia Roma, ocupa lo que antes era el teatro Silvia Pinal. Por fuera ha cambiado, los deseos fueron órdenes: acabados en dorado, marquesina espectacular anunciando la siguiente función-oración, estacionamiento vip, pisos en mármol blanco, cristalería empresarial, ni más ni menos que la sede de la Felicidad (como ellos mismos afirman en su página web: www.paredesufrir.com.mx). Los anfitriones del show son unos extrovertidos brasileños que se saben dueños de la función, lo hacen en vivo y en la Tv., vinieron a enchularnos.
Es así que se completa el círculo, “Quiero agradecer a los Obispos Edir Macedo y Paulo Roberto, a los muchachos de La Iglesia Universal del Reino de Dios, ahora sólo necesito mi bendición para salir y estrenar mi fe”.

Friday, September 22, 2006

¡¡¡¡¡¡Auuuuuuuuu!!!!!!

¡¡¡¡¡¡Auuuuuuuuu!!!!!!

TV on the Radio - Wolf Like Me on Letterman

Thursday, September 21, 2006

Cat ¿Power?



Primera Llamada
Ayer, 20 de Septiembre, yo y muchos otros fanáticos tuvimos la oportunidad de ver por primera vez en México a Cat Power. ¿Qué tipo de show sería? La publicidad nos daba una pista "no flashes, silencio", ¿qué no vamos a un concierto?, ¿podré tomarme una cerveza sin que Chan Marshall se sienta intimidada u ofendida?
Segunda Llamada
El ex-Nafinsa lucía diferente, había asientos, por lo menos para una sección del público. El evento estaba lleno, algo que sin duda me sorprendió, ya que en México apenas se acaba de editar su ultimo disco "The Greatest".
El escenario tenía una disposición teatral, un piano a la izquierda, una silla de fibra de vidrio (en la cual nunca se sentó) al puro estilo de Charles Eames, una lámpara que despedía luz calurosa, y su guitarra. El escenario era suyo, y también poseía nuestro silencio.
Tercera llamada, comenzamos (¿acaso vine al teatro?)
Subió al escenario, linda como ella es y llena de gracia, los silbidos la cortejaban, y parecía que estaba contenta, augurios de un buen concierto.
Los primeros acordes sonaron y con ello tal vez una de las canciones más populares de la interprete, por lo menos en México, una voz que rasguñaba las palabras y nos decía "Once I wanted to be the greatest…". La gente estaba contenta, valía el silencio, la imposibilidad de ir a la barra y comprar un trago, saludar a la gente, y hasta de ligar, todo era música. Una canción tras otra, Cat Power nos mostraba el lado más felino de su arte… las palabras salidas de su boca parecían maullidos, hermosos maullidos….pero ¿y el Power?, ¿dónde quedó el poder? Ese sin duda, lo dejó en casa, ahí donde la acompañan músicos, donde hay orquestaciones, donde hay ritmos, y donde hay más volumen. Allá donde ella baila, salta, se toma la cabeza y cuenta chistes. El poder se quedo en casa, guardado en instrumentos que esta vez no trajeron. Ayer, solo hubo una gatita, hermosa, linda, prodigiosa, pero le falto poder. Falta de poder que conforme avanzaba el concierto empezó a desesperar al público, a pararlos de sus butacas, a romper el silencio que inicialmente se había conseguido y es así que poco a poco Chan Marshall perdió el control del concierto: paraba canciones a la mitad arguyendo que su voz “estaba muy caliente”; o que a la guitarra le faltaba “reverb” o que el piano estaba muy alto. A la mitad del concierto, ya todo era pretexto para dejar de tocar, eso sí, siempre nos pedía perdón.
“Ooootra, Oooootra”
Ayer, en la última canción del concierto Cat Power canto a capela, su voz y nosotros…terminó, nos dio las gracias, tomó sus tenis que junto con sus calcetines estaban regados en el escenario, y se fue. La gente no pidió más, el concierto fue largo y para muchos cansado. México vio por primera vez a la gata, nos deben el poder.

México DF. a 21 de Septiembre. 2006